El lunes por la tarde, en el entrenamiento del equipo A.D.C.
FILIPENSES, en entrenador Carlos, mientras están los jugadores entrenando,
llama a David, el capitán del equipo, para tener una conversación con él, ya
que el sábado se juegan el pase a semifinales de copa.
- Carlos: Hola David, ¿qué tal va el entrenamiento?
- David: Muy bien mister, algo cansado, pero bien.
- Carlos: Bueno, en 5 minutos jugamos un partidito y
terminamos ya el entrenamiento.
- David: ¡Genial!, ¡Partido! (dijo gritando, y todos sus
compañeros se giraron, le miraron, y se alegraron por el partido que iban a
jugar).
- Carlos: Bueno, menos euforia por el partido de ahora, que
yo te he llamado porque quiero hablar contigo del partido del sábado, que es el
importante.
- David: Sí mister, usted me dirá.
- Carlos: Como bien sabrás, es el partido más importante del
año hasta el momento, en el nos jugamos volver a ser grandes, o simplemente
quedarnos en un equipo más del campeonato, y sinceramente, creo, que con el
equipo, con el año de trabajo que llevamos y con las ganas que tenemos todos de
hacer algo grande, podemos pasar a semifinales y mucho más.
- David: Claro que sí mister, todos la queremos, todos los
jugadores estamos deseando jugar el partido, motivación no nos falta, y ganas,
yo como el que más.
- Carlos: De eso quería hablarte David, al principio de
temporada, te elegí capitán, no porque fueras el mejor, ni por antigüedad en el
club, sino por lo que un capitán representa y más en es este momento. Es el
momento en el que tienes que echarte el equipo a la espalda, en el que tienes
que ejercer de líder en el campo y de que seas un ejemplo para tus compañeros y
un entrenador dentro del campo.
- David: Todos sabemos que el partido del sábado no será
fácil, pero si puedes contar con alguien, cuenta conmigo seguro, no te
defraudaré ni a ti, ni al equipo, porque está oportunidad de luchar por un
título no se produce todos los días, y aunque todavía queda mucho para ello,
voy a darlo todo, yo y el resto del equipo, y animaré y lucharé como el que
más. ¡Gracias mister por la confianza depositada en mi!
- Carlos: Se que no me defraudarás sea cual sea el
resultado, a si que confía en ti mismo y en el equipo, para que ellos confíen
en ti, en ellos, y pueda ser el espejo en el que mirarse y luchar por el
partido.
- David: ¡Claro que si mister!, ¡nadie tiene más ganas que
yo por ganar ese partido!.
- Carlos: Esa es la actitud que quiero de ti David, y ahora
corre, vete con tus compañeros que te están esperando para empezar el partido.
- David: Vale mister. (Carlos le dio una palmada en la
espalda y David se fue corriendo a seguir entrenando).
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